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about

Nick: Liz
País: Chile
Cumpleaños: 25/07
Tipo de sangre: A+
Zodiaco: Cabra Metal/Leo
Colores: Pateles, neutros
Husbandos: Yato, Kenshin

Hola, soy Liz, blogguera desde hace años, con 24 inviernos. Vivo en la ciudad de Temuco en la IX Región de la Araucanía. Soy estudiante de la carrera de Psicología en la Universidad Santo Tomás y mamá, por lo cual para no colapsar, tengo muchos hobbys que me relajan en mi tiempo libre y uno de ellos es escribir. Me encanta leer en general, especialmente realismo mágico, filosofía, Historia y cosas sobre la actualidad. También veo anime y leo mangas, especialmente de tipo shoujo o erótico. Escucho diferente tipo de música, desde clásica, alternativa, electro pop, indie, rock y shoegaze

LOVES: Sofía (mi hija), Juan Paulo (mi novio), cortometrajes, té de naranja y rosa de mosqueta, la comida criolla, los gatos, elefantes, comer en la noche, largas caminatas acompañada, la arquitectura antigua, la época del renacimiento y la corriente del romanticismo, Julio Cortázar, escribir cuando estoy triste, dibujar con tiempo, cocinar, jugar en la Dsi, jugar LOL, la cultura japonesa, la moda inglesa, la fotografía y la edición de códigos html.

HATES: la energía estática, quemarme con aceite cuando cocino, no saber ciertas manualidades como tejer, llegar tarde la mitad de las veces a cualquier parte, ser piti, la hipocresía de la gente, programas mañaneros de la televisión abierta, que se me pierda siempre un calcetín, el color verde musgo y las cebollas en escabeche.

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Noche de San Juan

posted on domingo, 28 de junio de 2015 - 1:15 a.m. | 0 comments

Muy apenas miré entre las cortinas, a través de las ventanas el tumulto de gente sentada en el living conversando ruidosamente, mientras me temblaban las rodillas por el frio. Seguía tocando la puerta intensamente, pensanba en lo cansada que estaba, lo horrible que sería estar dos semanas más enferma y lo lo incomoda que me sentiría los proximos dias en esta casa mientras durara la "reunión".
Al final Isabel termino por abrirme la puerta con cara de pocos amigos, porque la tenían de cocinera y chica de los mandados, debido a ese típico abuso de grupo del que les hablaré algún día.
La salude, pero me dijo que estaba ocupada y que mejor subiera altiro si no queria tener que soportar las bromas poco amables de los susodichos entre medio de su alboroto.
Tomé la maleta y muy sigilosamente subí al segundo piso, tratando de ser dificultuosamente poco ruidosa entre peldaños de madera de antaño, hasta llegar al pasillo.
Recuerdo que fue raro, porque tuve un mareo cuando me faltaba sólo un paso para llegar al pasillo y senti un hormigueo en las manos, con una sensación de estar flotando.
Por un momento sentia sin poder ver, pero el temor extrañamente no se apoderó de mi, hasta que fui poco a poco perdiendo la conciencia.
No recuerdo que pasó allí, sólo sé que me vi a mi misma desde el techo, estando parada en la habitación, con ropa interior, mientras que a través de las ventanas parecia que era mucho más tarde. En ese momento trate de ordenarle a mis ojos que se cerraran hasta que cuando pudiera abrirlos, estuviera en mi cuerpo otra vez, lo cual sucedió bastante rápido pero acompañado de una sensación de caída libre. Estaba sudando frío y no sabía que pasaba, así que trate de distraerme mirando la vieja habitación de madera, la que si mal no recuerdo era un verde oscuro, con un espejo alargado puesto justo en la pared del frente de la puerta, en donde me encontraba. mire a mi derecha y al menos me sentí aliviada de que hubiera un televisor, quizás sin cable, pero con la salvedad de saber que no moriría de ansiedad y aburrimiento.
De la nada las luces se apagaron o creí haberme desmayado de nuevo, pero fue una mano que salio de la cama y me arrastro con fuerza hacia dentro. Sin embargo, a pesar de la sorpresa no grite, y me dejé llevar por el hombre desnudo que se encontraba allí, sólo hasta el punto de darme cuenta que era un hombre a quién conocía y que años atrás fue uno de los acosadores más grande del que tuve la mala suerte de conocer, en donde terminó casi todo con una orden judicial de alejamiento debido a su distorcionada forma de ver el amor.
Salí disparada de la cama sin entender que estaba pasando, que hacía el allí, es decir, estaba en el extremo sur, en un pueblucho de mala muerte casi literalmente en un cerro en pleno invierno con 30 centimetros de nieve. Y entre medio de esa confusión, y la oscuridad de mi cuarto, se prendio la televisión entremedio de un ensordecedor chicharreo que me hizo estremeser.
Recuerdo que en ese momento,vi una sombra entre las paredes y una mano nuevamente me empujo desde las sábanas hasta arrastrarme a la cama, haciendo que automáticamente lo acompañara un absoluto silencio.
A penas sentí su olor y toqué sus caderas, supe que era otra persona, era él, el hombre que amaba, y cuando vi su cara me di cuenta que ese otro hombre fue tan solo un delirio, un mal sueño.
Tomo mis mequillas y beso mi frente, me apreto fuerte contra su cuerpo desnudo y me dijo susurrandome al oído, "quédate, no te vayas, soy yo". No tardé en quedarme dormida y despertando solo hasta el día siguiente.
Cuando vi mi alarma, supe que esta casa no es esa casa y que yo no estaba allí, pero, sabía que aunque el estaba a miles de kilómetros, yo esa noche dormí con el.

Etiquetas: fragmentos, invierno, nostalgia

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Liz |Lucith |Sheña |Jise.
Estudiante de psicología en la Universidad Santo Tomás, mamá de tiempo completo, 24 años, vivo en Temuco, Chile. Soy amante del manga shoujo/josei, anime seinen/shoujo/psicológico/de época, fan de Julio cortázar, league of legends gamer (support tanque preferentemente) y escritora esporádica de poca monta.

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